Escucho "La negra flor" en tímido homenaje a mis rodillas temblonas paseando por la Rambla. También están un poco irritadas -como los codos- por el apresto de las sábanas de los hoteles.
En una peli que vi ayer decían algo así como que a veces uno cruza una frontera y sólo se da cuenta de ello cuando está al otro lado. Pues bien, ya estoy al otro lado de muchas cosas, entre ellas, y sobre todo, el sexo y mi identidad sexual.
¿Y ahora qué? Ay, mi B, mi querido B.