Feliz Nochevieja.

A nosotros siempre nos ha gustado la carne pura y dura, sin fetichismos ni escenificaciones. Siempre nos ha parecido que todo esto no eran más que escaramuzas del verdadero sexo.
Me debo estar haciendo mayor, o quizás es lo contrario.
Últimamente me parecen muy divertidos los juegos, las imposturas, los fetiches adoptados y propios, pero no sé por qué. Hoy comprando estas cosas me he excitado mucho y he pensado en que se me estaban mojando las bragas y en que, si esto no es sexo puro y duro, qué lo es.

Dime que lo harás.

Hoy pensaba en cuánto me gustaría que me follases mientras suena esta canción en bucle, mientras me besas a través del agujero para la boca de tu capucha de cuero.

Seres mitológicos.

Quiero creer...

Belle de Jour.

Me gustaría volver a ser tu Belle de Jour.
Esta vez hasta el final.

Fetiches.

¿Se pueden contagiar de modo irremediable los fetiches sexuales?
Cuando deseas a alguien que tiene un fetiche es normal que despierte también en ti el deseo.
Pero, ¿es normal que la persona desaparezca de tu horizonte vital y el fetiche permanezca?
Pechos grandes, turgentes.

¿Follar es fácil?

Siempre me han gustado los tíos bajos, regordetes y peludos, a ser posible morenos. Su pubis mullido de grasa siempre fue una garantía de placer.
Anoche me presentaron a uno de este tipo. Para colmo era el cantante de un grupo que me emociona especialmente.
Princesa en su blog lo ha clavado en el post en el que dice que lo importante no es lo fácil que es follar, sino lo difícil que es follar con quien realmente quieres.
Y eso es lo que me pasó anoche: ante R, el cantante, me quedé paralizada y sin temas de conversación. Yo. Sin temas de conversación. La hostia. Él se rió benevolentemente las tres veces que intenté acercamientos y no conseguí resolver la situacion.

Así que me fui a casa compuesta y sin rollo.
Y mira que su hotel estaba a la vuelta de la esquina.
Jo.

Fantasear con imposibles un domingo de elecciones generales.

Agnes.

Agnes es la protagonista de La inmortalidad, de Milan Kundera. 

Agnes no ambiciona trascender porque lo que ama, por encima de todo, es su intimidad.

Síndrome preovulatorio.

Esos días en los que:
Convertiría "nuestras noches en un ciclo sin final" y "entonces sólo espero que tú pierdas la vergüenza y grites 'creo que voy a empezar a romperme'".

Perfección.

Anticipo.

Cuando quedo con M, disfruto con los preparativos casi tanto como con el encuentro.
Me pinto las uñas de rojo.
Me rasuro el coño delicadamente.
Estreno ropa interior.
Él me dice que me besará hasta que me falte el aire. Me lo dice siempre y nunca falla.
Yo nunca le digo que, después, me gusta oler su saliva en mis bragas.
Nadie como él me chupa durante HORAS, metiendo la cabeza entre mis nalgas, sin descanso.
Y me folla sin descanso.
Y se masturba como un loco mientras yo lo miro extasiada.

Francia.

Creo que Paco me ha abandonado en esta aventura... Lástima. Creo que tendré que continuar yo sola, aunque no sé muy bien qué rumbo tomar.
Pensando pensando y aburriéndome el otro día, di con el perfil de Facebook de una antigua amiga: Francia. Curioseé un poco sus fotos y de repente me vinieron a la cabeza aquellos meses locos.
Francia es francesa. Rubia, ojos azules, tetas de infarto. Y vale.
Porque de cara es como Serge Gainsbourg, pero en chica. Con un pelo ondulado imposible y lo que aquí llamamos "cuerpoestufa": un cuerpo compacto y sin curvas.
Sin embargo, Francia tenía (y por lo que vi en las fotos, sigue teniendo) fuego en el cuerpo. Era imposible resistirse a su mirada triste y su maravillosa sonrisa.
Peeero: era racista. Muy racista.
Estaba obsesionada con follarse a todos los negros de la ciudad. Los blancos no le interesaban, sólo negros, cuanto más negros, mejor. Así que nosotras, con nuestros mejores trapitos, deseando ir a los sitios de culto a echar miraditas de refilón a sosones gafapásticos pero muy modernos, teníamos que ceder y acompañarla de cacería.
Una noche que ya estábamos como perfectas indies reprimidas mirando a los modernitos de turno en el local de modernitos de moda, vemos que entran una cuadrilla de magrebíes con un par de negros. El caso es que terremotofrance se lanza en picado al negrito y nosotras nos quedamos aguantando el asedio del resto. En un momento dado le digo a mi amiga Pe: anda, dame un morreo para que piensen que somos lesbianas y nos dejen en paz.
Bufffff. Se lió más que parda.
Comenzaron a gritar y a increparnos: eso no, aquí hay hombres, eso no,estamos nosotros! Como la cosa se ponía fea, arrancamos a Francia de los brazos de su moreno y nos largamos por patas de allí.
Por una vez, ella fue la que nos echó la bronca por temerarias.
Qué grande.

Brazil.

La orquesta toca Brasil y recuerdo a mis padres, felices, bailando. Y la veo a ella, con los pezones duros por el aire acondicionado. Me la comería entera, tan rubia. Hum.

Tetas grandes.

Qué buena está esta compañera de trabajo. A ritmo de pasodoble la agarraría de su pelo rubio y le bajaría la camiseta para comerle las tetas.

Música para camaleones.

Leyendo a J. me he encontrado con un post que habla de la música y el sexo.
A mí el sexo con música no me atrae especialmente: prefiero concentrarme en las sensaciones propias de. Pero hay un grupo con el que me gusta mucho follar, sensual, oscuro: PORTISHEAD, concretamente con la canción "It's a fire".
Ésta es la canción que me pone tan tan caliente (en realidad, el disco entero me vale, pero en versión UK, que en la española no se publicó "It's a fire"):

Cuando diga ya.