martes, 26 de julio de 2011

Francia.

Creo que Paco me ha abandonado en esta aventura... Lástima. Creo que tendré que continuar yo sola, aunque no sé muy bien qué rumbo tomar.
Pensando pensando y aburriéndome el otro día, di con el perfil de Facebook de una antigua amiga: Francia. Curioseé un poco sus fotos y de repente me vinieron a la cabeza aquellos meses locos.
Francia es francesa. Rubia, ojos azules, tetas de infarto. Y vale.
Porque de cara es como Serge Gainsbourg, pero en chica. Con un pelo ondulado imposible y lo que aquí llamamos "cuerpoestufa": un cuerpo compacto y sin curvas.
Sin embargo, Francia tenía (y por lo que vi en las fotos, sigue teniendo) fuego en el cuerpo. Era imposible resistirse a su mirada triste y su maravillosa sonrisa.
Peeero: era racista. Muy racista.
Estaba obsesionada con follarse a todos los negros de la ciudad. Los blancos no le interesaban, sólo negros, cuanto más negros, mejor. Así que nosotras, con nuestros mejores trapitos, deseando ir a los sitios de culto a echar miraditas de refilón a sosones gafapásticos pero muy modernos, teníamos que ceder y acompañarla de cacería.
Una noche que ya estábamos como perfectas indies reprimidas mirando a los modernitos de turno en el local de modernitos de moda, vemos que entran una cuadrilla de magrebíes con un par de negros. El caso es que terremotofrance se lanza en picado al negrito y nosotras nos quedamos aguantando el asedio del resto. En un momento dado le digo a mi amiga Pe: anda, dame un morreo para que piensen que somos lesbianas y nos dejen en paz.
Bufffff. Se lió más que parda.
Comenzaron a gritar y a increparnos: eso no, aquí hay hombres, eso no,estamos nosotros! Como la cosa se ponía fea, arrancamos a Francia de los brazos de su moreno y nos largamos por patas de allí.
Por una vez, ella fue la que nos echó la bronca por temerarias.
Qué grande.

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